domingo, 21 de mayo de 2017

El vídeo del pasado verano. Campaña #YoRespeto



Si te llega un video que expone la intimidad de las personas, las humilla o las vulnera; no lo compartas. No seas cómplice. Cortá la cadena.

viernes, 19 de mayo de 2017

"No solo duelen los golpes", el monólogo de Pamela Palenciano contra la violencia de género



Pamela sufrió violencia de género en su adolescencia y juventud. Antonio, su novio, intento matarla en dos ocasiones. Tuvo la suerte de poder salir de esa situación y, con el tiempo y ayuda psicológica, curar las heridas que esa terrible relación le habían causado. 

Hoy en día Pamela se ha convertido en una gran monologuista, comunicadora y feminista que utiliza su propia historia para alertar  a los jóvenes sobre la violencia de género. Su monólogo teatral "No solo duelen los golpes" ha sido reconocido internacionalmente y recientemente ha publicado un libro, "Si es amor, no duele".

Aquí os pongo un vídeo con el monólogo grabado en el colegio de Montornes del Vallés, merece la pena verlo.



Y aquí os dejo un enlace a un reportaje publicado en El País:

‘Si es amor, no duele’: la guía para que las adolescentes identifiquen el maltrato
La autora del exitoso monólogo 'No solo duelen los golpes' parte de su experiencia personal para explicar el machismo y la violencia de género a los jóvenes.



Marginadas por parir

Dodakka, con su hija de mes y medio en la choza donde tiene que vivir como marca la tradición de su casta
En India, las mujeres kadugolla son víctimas de las creencias de su casta
Las madres recientes y las que tienen la regla son aisladas en chozas por impuras


Dodakka tiene una niña de 40 días de vida. Regordeta y feliz, duerme en brazos de su joven mamá —20 años tiene— ajena a cualquier problema. Ella no lo sabe, pero ya está metida en uno, y eso que acaba de nacer. Dodakka y ella no pueden vivir en la casa familiar durante los próximos dos meses, deben permanecer fuera, en las calles de arena de su pueblo, Gollarahatti, una aldea más del Estado de Andhra Pradesh, en el sur de India. Dodakka es impura a ojos de su familia, de su comunidad y de sus dioses porque ha dado a luz.


A primera vista, Gollarahatti parece una aldea muy corriente: no más humilde ni polvorienta que otras y salpicada de pequeñas y destartaladas casas con techumbre de paja. Pero ésta tiene algo que sólo comparte con unas pocas: las chozas. Son la consecuencia visible de una tradición que cumplen al pie de la letra sus 800 habitantes: todos pertenecen a la casta kadugolla, presente sobre todo en los Estados de Andhra Pradesh, Maharashtra y Karnataka. No se conoce el número de personas que la forman, y las estimaciones más recientes apuntan a unas 10.000 en Karnataka, pero no hay datos de otros Estados. Pastores de cabras y ovejas, seminómadas y aún en un escalón económico y social muy bajo, viven apartados de núcleos urbanos y siguen fielmente las tradiciones y los mandatos de su religión, una versión del hinduismo en la que se adora al dios Khrishna entre otros.


India está situado en el puesto 127 de 187 países en el Índice de Desigualdad de Género del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y sus mujeres sufren muchos tipos de discriminación: sexual, económica y de casta, por citar algunas. La que padecen las kadugolla es una más. La tradición dice que las que tienen la menstruación y las que acaban de parir deben vivir apartadas del resto durante un tiempo porque contaminan. Las primeras, cinco días, bien en la puerta de su casa o, si los hay, en pequeños habitáculos de una sola habitación apartados del pueblo. Las segundas, hasta dos meses en diminutas chozas de paja. Si la familia no tiene medios para fabricar una, acaban entre arbustos o en los márgenes de las carreteras. “Es una casta muy distinta a otras, tienen creencias muy fuertes”, detalla Doreen Reddy, directora del área de mujer de la Fundación Vicente Ferrer (FVF), una organización española que desde hace 40 años lucha contra la pobreza en Andhra Pradesh utilizando como herramientas la educación y el fortalecimiento de la mujer y las castas bajas. “Si eres kadugolla tienes que cumplir lo que dicen los dioses, porque ellos dictan cómo mantenerse puro y limpio”. Y en esas están ahora Dodakka y su bebé.


Las chozas desperdigadas por Gollarahatti son unas diminutas construcciones de estructura piramidal, como un tejadillo de ramitas secas y hojas de palmera a ras del suelo. No parece que nadie pueda caber allí dentro pero, no solo caben, sino que viven, madres recientes como Dodakka y su hija, que no recibirá nombre hasta que cumpla nueve meses y sea presentada en el templo, como marca la tradición. La suya ha sido construida a un par de metros de la vivienda de su familia, a la que no ha vuelto a entrar desde que parió. Le quedan al menos 15 días a la intemperie.


Dodakka es menuda, morena y de expresión resuelta. Describe su vida sin atisbos de queja: “Me levanto a las seis, me lavo, preparo la comida, cuido a mi bebé y no hago nada más. Si vienen vecinas a verme, hablo con ellas desde aquí”. Ella solo puede salir a pasear por los alrededores, apenas cuatro o cinco metros a la redonda. No le está permitido ir a la calle ni visitar otras casas, ni trabajar en los campos ni salir a comprar. Nadie la puede tocar ni acercarse tanto como para que su sombra caiga sobre otra persona, pues la contaminaría inmediatamente. Las comidas son suministradas por un familiar que deja el alimento en la entrada de la choza. Da igual que el calor sea aplastante o que llegue el monzón, que las mujeres y sus bebés no pueden abandonar su cabaña.


“Sí que hace frío, pero tengo ropa de abrigo y una sábana grande”, puntualiza Dodakka. Y muestra sus escasas pertenencias, todas colocadas en una rudimentaria cama de cuerda que es el único mueble que entra en la choza. Quizá su objeto más preciado es la bombilla que le da luz; la enrosca cada tarde y la desenrosca por la mañana, cuando ya no es necesaria. No le entra agua cuando llueve porque alguien colocó un plástico sobre el tejado de hojas de palmera. “Duermo sola con el bebé, y tengo miedo de que nos ataquen animales como serpientes, escorpiones o un perro, pero no puedo hacer nada”, dice con resignación. Dodakka habla y su hija duerme sobre sus brazos. A pocos centímetros, un enjambre de moscas devora tranquilamente lo que queda de un gusano negro aplastado.


Las condiciones de vida a la intemperie de las madres kadugolla no solo les supone pasar frío, incomodidades y aburrimiento. Más importantes son los riesgos sanitarios a los que se exponen. “Lo más común son fiebre, catarros, diarrea, problemas ginecológicos e infecciones, también en la piel, porque no viven en condiciones higiénicas”, describe Sirapa, director del área de Salud de la FVF. “No comen bien porque sus tradiciones prohíben muchos alimentos. Toman mijo, que es bueno nutricionalmente, pero no es suficiente. Muchos bebés mueren de neumonía”. Si una mujer kadugolla enferma durante este periodo de destierro, ningún familiar o vecino la cuidará. “Llamamos a un médico para que la examine, pero sin tocarla”, advierte Mudda, madre de Dodakka, junto a la choza donde tiene a su hija. Si la paciente requiriera traslado al hospital, será una ambulancia y sus técnicos quienes la llevarán a un centro sanitario, según describe K. C. Sharanapa, profesor del departamento de Sociología de la Universidad de Chitradurga (Karnataka), en su estudio Kadugolla Tribal Community of Hatti Culture and Impure Practices. "Tras discutirlo con el cabeza de familia, las permiten ser examinadas por doctores, pero ellos no entran en las casas", coincide Sirapa.

Jayamma, de 18 años, con su bebé de cinco días, en su choza

El acceso al hospital, sin embargo, es una cuestión que mejora. Dodakka dio a luz en una clínica y no en casa, una práctica cada vez más común gracias a las labores de sensibilización de organizaciones como la FVF y tantas otras que pelean por reducir las altas cifras de mortalidad materna e infantil en el país: 110 víctimas por cada mil embarazadas y 39 víctimas por cada mil nacidos vivos respectivamente. De las atendidas por la FVF, el 99% va a una clínica, asegura Sirapa, quien también advierte que no hay estadísticas oficiales al respecto. En Gollarahatti, 18 de 47 mujeres preguntadas afirmaron haber parido en el hospital más cercano, a 30 kilómetros de distancia. No ha sido el caso de Jayamma, que dio a luz en la casa familiar porque el niño vino de repente.


A Jayamma se la ve diminuta e indefensa bajo el tejado a dos aguas de su choza de paja en las afueras de Gollarahatti, donde ya se ven más huertos que casas. Tiene 18 años y parió cinco días atrás a su segundo vástago. El primogénito, de dos años, duerme bajo el porche de la casa familiar. Jayamma estudió hasta los 13 años y luego fue obligada a casarse con su tío, de 40. Él había desposado antes a la hermana mayor de Jayamma, pero esta murió durante el parto de su primer hijo, igual que el bebé.


Jayamma tiene una expresión muy aniñada y un pañuelito anudado a su cuello para evitar que los malos espíritus entren por su cabeza acentúa aún más su aspecto infantil. Su abuela y suegra, Chikamma, mujer de campo curtida y de mirada recelosa, controla la conversación. Y Jayamma apenas se atreve a hablar. “Sí, paso frío por las noches”. “Me ducho bajo un árbol, en el huerto, y me alimento de pan, leche y arroz”. Le cuesta soltarse, pero al cabo de un rato ofrece una rotunda afirmación en presencia de su abuela y del resto de parientes: “Quiero cambiar esta costumbre, pero depende de mi familia”. Su tía Amjii —y también cuñada— está escuchando el diálogo y apoya a la pequeña Jayamma: “A mí tampoco me gusta este sistema”.


La menstruación, un buen problema

La menstruación también supone que la mujer sea impura, así que ésta no puede entrar en su casa en cinco días. Tradicionalmente se les daba un plato y un vaso y se quedaban en los alrededores de la vivienda, pero desde hace 10 años el Gobierno indio está construyendo en las afueras de cada comunidad kadugolla una parca vivienda de una sola habitación donde las mujeres, al menos, no están a la intemperie. Esta medida también ha recibido críticas de organizaciones en defensa de los derechos de la mujer y de políticos, pues consideran que no se está luchando por eliminar esta tradición sino que se promueve.


Kammala tiene la regla y ese día debe ser la única en todo Gollarahatti porque está sola en la casita, sentada y con la espalda apoyada en el quicio de la puerta. Se dedica a mirar el paisaje. Dado que la mujer india se hace cargo de todas las tareas del hogar, para una familia es un problema prescindir de una esposa durante casi una semana. Kammala explica cómo se arreglan las mujeres de su pueblo: “Si tienes suegra, lo hacen todo ellas. Si no, las vecinas ayudan. Nosotras no podemos salir de esta casa ni ir por la carretera; sí podemos trabajar en el campo, pero debemos tomar un sendero distinto para no cruzarnos con nadie y allí solo se nos permite quitar rastrojos, no debemos tocar el mijo”. Dentro de la casita no hay nada que hacer: no hay muebles, ni baño, ni cocina, ni luz eléctrica. Duermen sobre esterillas, se alimentan cuando sus parientes les llevan comida, se duchan gracias a una bomba de agua que hay justo al lado, en medio del campo, y pasan el tiempo hablando entre ellas si hay varias, o perdidas en sus pensamientos si se quedan solas.


Kammala, que tiene el periodo, está obligada a vivir cinco días en esa casa en las afueras de su pueblo.
Para librarse de esta incomodidad, muchas mujeres recurren a una medida extrema: someterse a una histerectomía, es decir, extirpar el útero total o parcialmente. La última encuesta nacional de salud, del año 2005, reveló que el 63% de las mujeres casadas de Andhra Pradesh y un 57% de Karnataka que recurrieron a métodos anticonceptivos se habían decantado por la esterilización, pero solo un 21% y un 28% fueron informadas de los riesgos de esta operación y se les ofrecieron alternativas. “Ellas lo piden siempre pero después de ser debidamente informadas la mayoría cambia de idea”, explica Mjodhy Suchidra, ginecóloga de 40 años que lleva diez ejerciendo en el hospital de Bathalapalli de la FVF. “De todas las que vienen sin útero, la mitad no hubiera necesitado esta intervención, a muchas se lo extirparon por una simple infección”.


No es una práctica que solo elijan las kadugolla, pero ellas particularmente creen que les beneficia porque, si no tienen el periodo, no han de quedarse cinco días al mes viviendo al margen de su mundo. “El hombre prefiere que su esposa se quite el útero para evitar bebes, reglas, infecciones… Y así pueden tener sexo cuando quieran y la mujer nunca está de baja. El hombre presiona para que se hagan la operación”, asevera Suchidra.


Una solución que pasa por educar

¿Por qué es tan difícil cambiar esta costumbre? El Gobierno de India es consciente del problema y trata de abordarlo con diversas acciones. Por ejemplo, en Karnataka el Congreso diseñó un Proyecto de Ley en 2013 para la prevención de prácticas supersticiosas con el que promueve la integración de mujeres embarazadas o con el periodo y de las madres recientes, pero aún no se ha aprobado. También existen movimientos sociales y activistas que durante los últimos años han puesto el foco de atención en las costumbres denigrantes para las mujeres kadugolla. En noviembre de 2014, el diario nacional Times of India recogió la iniciativa de Ratna, una activista kadugolla que invitó al primer ministro de Karnataka, Samuel Siddaramaiah, a pasar un día en su pueblo y observar la marginación que padecen. “Hay tres mil mujeres kadugolla en Karnataka que sufren por culpa de las creencias supersticiosas de nuestros sacerdotes y líderes”, denunció la joven, que también aseguró al mismo medio que, desde que comenzaron las protestas en su distrito, 50 de 54 aldeas habían acabado con esta práctica.


Para Reddy, se ha avanzado mucho pese a que aún se encuentran niñas viviendo en chozas insalubres en aldeas como Gollarahatti. “Ahora las tratan bien, las dejan estar en casa, las cuidan… Y no pasa nada por tocarlas”. Reconoce, no obstante, que la tradición persiste en esta India rural. El ejemplo está en la negativa rotunda de la abuela/suegra Chikamma, que afirma sin pudor que no le gusta que estén en casa porque ofenden a los dioses. No hay discusión posible para ella, pero tampoco para la joven Dodakka, aunque pertenezca a otra generación: “Quiero cambiar mi vida y quiero cambiar este sistema” afirma mientras unas vecinas curiosas asienten con la cabeza. Y entonces vira el discurso: “Cuando mi hija tenga un bebé quiero que vaya a un buen edificio preparado para cuidar a las madres. Pero a casa no, es la costumbre”.

Fuente: LOLA HIERRO en El País

miércoles, 17 de mayo de 2017

17 de mayo: día internacional contra la homofobia


Amnistía internacional nos da algunas cifras sobre la situación de la homosexualidad en el mundo:

  •  La homosexualidad puede suponer la pena de muerte en 10 países:  Afganistán, Brunei, Irán, Mauritania, Pakistán, Arabia Saudí, Sudan, Yemen, partes de Nigeria y Somalia.
  •  La homosexualidad es ilegal en cerca de 80 países del mundo.
  • Entre el 1 de enero de 2008 y el 31 de diciembre de 2014 fueron reportados 1731 asesinatos en el mundo contra personas transgénero.

Por ello nos sumamos a las peticiones emitidas  por AI:

– Que se respeten en todo el mundo los derechos humanos de las personas del colectivo LGBTI y se garantice su igualdad y no discriminación.

– Que se deroguen todas las leyes que declaran ilegales y penalizan las relaciones entre personas del mismo sexo. 

– Que se ponga fin a las ejecuciones basadas en esas leyes y se ordene la libertad inmediata e incondicional de las personas encarceladas por su orientación o identidad sexual. AI las considera “presas de conciencia”.

– Que se fomente la educación igualitaria para prevenir la discriminación por motivos de orientación sexual en la sociedad. 
  
– Que se tomen medidas eficaces para evitar persecuciones contra las personas que defienden los derechos del colectivo LGBTI.

– Que se reconozca el derecho al matrimonio de las parejas del mismo sexo en condiciones de igualdad y se garantice el disfrute de un amplio rango de otros derechos y evitar la discriminación y otros abusos en la comunidad, las escuelas y los hogares.






martes, 16 de mayo de 2017

La menstruación en diferentes lugares del mundo, una pesadilla mensual para muchas mujeres

La menstruación ha sido durante siglos el gran tabú alrededor de la mujer. Puede parecer que en el primer mundo ya no existen mitos alrededor de una circunstancia que más o menos todas las mujeres vivimos durante una gran parte de nuestras vidas. Pero aún nos sorprenden de vez en cuando noticias, como la prohibición de usar piscinas públicas durante esos días que os contábamos hace unos meses. La situación es mucho peor en países en vías de desarrollo. En algunos de ellos, de hecho, los mitos alrededor del periodo rozan el surrealismo.

Afganistán: falta de higiene y mitos sobre la infertilidad

En Afganistán, como en muchos otros países del tercer mundo, el acceso a compresas y tampones es muy difícil para las mujeres, lo cual complica las condiciones sanitarias. La situación se vuelve aun peor teniendo en cuenta el mito que existe en el país de que lavarse los genitales durante los días en que la mujer está menstruando provoca esterilidad. El programa Wash de UNICEF trabaja para paliar estos mitos en el país afgano.

Puedes ampliar el tema en este enlace;  Para las mujeres afganas, tener la regla es una desgracia

Kenia: falta de productos sanitarios adecuados

En Kenia, como en otros países de África, el acceso a productos sanitarios es casi imposible para las mujeres, debido a su alto coste. Por ello, las mujeres utilizan los productos que tienen a su alcance para contener los sangrados: hojas de árbol, papel de periódico, relleno de cojines, telas... La ONG Femme International se dedica a repartir copas menstruales, en una iniciativa que ha cambiado las vidas de miles de mujeres.




Burkina Faso y Níger: falta de aseos públicos

Según estadísticas proporcionadas por UNICEF, el 83% de las niñas en Burkina Faso y el 77% en Níger no tienen acceso a aseos públicos en las escuelas. Si esa situación (tanto dentro de la escuela como fuera de ella) es complicada en días normales, en los momentos en que las estudiantes tienen el periodo hacen que no se puedan cambiar en todo el día y su higiene y salud se vean comprometidas.


Irán: la amenaza a la virginidad y el miedo a la enfermedad

Según un estudio de UNICEF, el 48% de las jóvenes iraníes consideran que la menstruación es una enfermedad. Además, es casi imposible acceder a tampones en Irán, ya que se consideran una amenaza a la virginidad de las chicas, que es un asunto de crucial importancia en la moral y la religión del país. La buena noticia es que Irán es un gran ejemplo de que los trabajos de concienciación que llevan a cabo diferentes ONGs funcionan: un estudio ha demostrado que el 61,6% de las chicas que recibieron información sobre higiene sexual comenzaron a lavarse durante el periodo


Japón: prohibido hacer sushi
Japón es un país que vive a medio camino entre la modernidad más absoluta y las tradiciones milenarias. El sushi, uno de los platos icónicos de la gastronomía nipona, es un buen ejemplo de ello. Apenas existen mujeres maestras de sushi y uno de los motivos que se alegan es que las mujeres pierden el equilibrio en el sentido del gusto cuando están menstruando.


Nepal: encierro y aislamiento

Uno de los ejemplos más terribles del sufrimiento de las mujeres durante los días de la menstruación lo encontramos en Nepal. Más en concreto, en las áreas rurales del oeste del país, donde las mujeres son aisladas durante los días de su periodo. Se las suele enviar a cabañas o 'habitaciones oscuras', en las que no cuentan apenas con condiciones sanitarias adecuadas, no tienen ningún contacto humano y tienen poca protección de los elementos externos. Pese a que esta práctica fue prohibida hace más de diez años, la realidad es que se sigue realizando.



Tanzania y Bangladesh: superstición y maldiciones

Las supersticiones son, en ocasiones, las peores enemigas de la mujer mientras está menstruando. En Tanzania, por ejemplo, se cree que la persona que vea sangre menstrual quedará maldita, lo que multiplica el tabú alrededor del periodo. En Bangladesh, las mujeres deben enterrar los paños menstruales después de utilizarlos para evitar que atraigan a los malos espíritus.


Malawi: el gran tabú

La falta de información es uno de los grandes enemigos de la salud de la mujer. Malawi es uno de los países en los que la menstruación es un secreto que nadie menciona, de acuerdo con un informe publicado por UNICEF, que trabaja para crear instalaciones sanitarias adecuadas en las escuelas y grupos de madres que hablen a sus hijas abiertamente de qué es la menstruación y qué recursos pueden utilizar para tener periodos seguros y sanos.

Bolivia: la sangre puede causar cáncer

El tabú también afecta a otros países, como Bolivia, donde incluso las compresas y otros productos sanitarios no se suelen desechar junto al resto de basura. Según la creencia tradicional, la sangre menstrual puede provocar enfermedades, especialmente cáncer, por lo que las niñas suelen llevarse consigo los productos sanitarios sucios, por este motivo y por la vergüenza que les provoca el simple hecho de estar en esos días.


El primer mundo: las mujeres sin hogar

No solo en los países en vías de desarrollo las mujeres sufren por culpa de sus menstruaciones. Las mujeres que viven en las calles de nuestras ciudades se enfrentan, con la regla, a una dificultad añadida al propio hecho de no disponer de un hogar. La ausencia de recursos para adquirir compresas y tampones, la dificultad de acceso a cuartos de baños y duchas... todo provoca que tengan que luchar contra un estigma añadido, que provoca problemas de higiene y de salud. En Estados Unidos, ya hay leyes que obligan a los albergues a proporcionar compresas y tampones de forma gratuita, para que ninguna mujer tenga que elegir entre su higiene femenina y tener una comida que llevarse a la boca.

Fuente: Trendencias

El machismo en la televisión


lunes, 15 de mayo de 2017

Campaña de Amnistía Internacional. Chechenia: Paren el secuestro, tortura y asesinato de hombres gais



Alrededor de un centenar de hombres sospechosos de ser gais han sido secuestrados, torturados e incluso asesinados en la república rusa de Chechenia, según fuentes creíbles que trabajan sobre el terreno.

El 1 de abril, el diario ruso independiente Novaya Gazeta informó del secuestro de un centenar de hombres considerados gais en días recientes. Según las mismas fuentes estas personas podrían estar recluidas en centros secretos de detención. Según la información publicada, estas personas fueron sometidas a tortura y otros malos tratos y obligadas a revelar el nombre de otras personas lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales (LGBTI) que conocían. Novaya Gazeta informa igualmente de al menos tres presuntos asesinatos.

El gobierno checheno ni siquiera acepta la existencia de hombres gais en Chechenia, y mucho menos que ordenaran lo que la policía llama una “limpieza preventiva” de personas consideradas indeseables. 

Necesitamos tu ayuda urgente para que el gobierno checheno frene la persecución de personas que no se ajustan a lo que consideran “orientación tradicional” y exigirle que garanticen su seguridad.

Firma la petición ahora y exige a las autoridades rusas y chechenas que investiguen los secuestros y que los responsables sean llevados ante la justicia.

"Campos de concentración para homosexuales": aumentan las denuncias sobre una brutal "purga" gay en Chechenia

Los derechos de los homosexuales están restringidos en Rusia pero los abusos son peores en Chechenia, dicen los activistas de la comunidad LGTB.

La homofobia es generalizada en Chechenia. Sin embargo, en las últimas semanas han surgido informes de una "purga" de homosexuales en esa república del Cáucaso, parte de la Federación Rusa.

Dichos informes denuncian redadas y detenciones en prisiones secretas que algunos definen como "campos de concentración para homosexuales" donde personas gay -o simplemente percibidas como gay- son golpeadas, torturadas, en unos casos hasta muertas y desaparecidas.

El gobierno checheno negó los reportes tildándolos de "mentiras", asegurando que en esa república no existen homosexuales.

La noticia fue inicialmente reportada por la periodista Elena Milashina del diario de oposición ruso Novaya Gazeta.

"Conocemos de cuatro prisiones secretas. Dos se encuentran en Grozny, la capital chechena, y hay una en Argún -que fue la primera que identificamos- donde tenían detenidas a personas LGBT, donde las golpeaban, torturaban y asesinaban", le dijo Milashina al programa Victoria Derbyshire de la BBC.

Según la periodista hay una campaña en la que más de 100 hombres gay han sido arrestados por las autoridades. De algunos de ellos no se tiene noticia y no se sabe si es que están escondidos, presos o muertos.

La periodista Elena Milashina se encuentra escondida tras reportar sobre las detenciones de homosexuales.
Milashina señaló a la BBC que empezaron a investigar hace unas cuatro semanas pero que tuvieron dificultades por la represión del gobierno en Chechenia y porque la comunidad LGBT de ese país es muy hermética para protegerse de las autoridades.

Emboscada

Ahora, sin embargo, el testimonio a un diario británico de unas de las víctimas reafirma las denuncias.

"Adam (un nombre ficticio para proteger su identidad) describió al diario The Guardian como había sido citado por un conocido a un lugar de reunión.

Era una emboscada. Había seis personas esperándolo, algunos en uniforme, gritándole que sabían que era gay. Lo metieron en una furgoneta y se lo llevaron a un centro de detención donde había otros hombres encerrados.

Un activista gay detenido en Grozny, tras una manifestación.
Los informes dicen que había hasta 30 detenidos en una celda, durmiendo sobre el piso de concreto.

"Diferentes personas entraban y tomaban turnos golpeándonos. Algunas veces traían a otros reclusos a quienes les decían que éramos gay y les ordenaban que nos dieran una paliza", le dijo Adam a The Guardian.

"Nos llamaban animales, inhumanos, nos decían que íbamos a morir allí".

"Matanzas de honor"

Tras varios días, Adam y otros de los hombres fueron liberados pero puestos en manos de sus familias a quienes les anunciaron: "Su hijo es un maricón. Hagan lo que tienen que hacer con él",

La situación resultó casi igual de difícil pues, como contó Adam al diario, él no le había revelado a sus padres que era gay.

La profundamente tradicional sociedad chechena está basada en fuertes códigos familiares, lealtad a clanes y a la religión islámica. Tener un pariente gay es una mancha que se extiende a toda la familia.


Svetalana Zakharova, de la Red LGBT de Rusia, una organización de apoyo que abrió una línea telefónica para ayudar a las víctimas, dijo a la BBC que los detenidos son devueltos a sus familias en espera de que ellas mismas los maten.

"Las matanzas de honor en Chechenia son reales", aseguró la activista. "Aunque los detenidos hayan logrado escapar, todavía tienen mucho miedo, todavía temen por sus vidas".

Esos temores no son en vano, el mismo gobierno checheno no sólo reprime toda actividad gay sino que fomenta la violencia familiar contra sus propios hijos para que puedan purgar su vergüenza.

Sociedad homofóbica

La sociedad chechena, de mayoría musulmana, es extremadamente conservadora y muy homofóbica.

Vigilantes que afirman estar haciendo cumplir con los principios islámicos, durante mucho tiempo han hostigado a los homosexuales en el Cáucaso Norte de Rusia.

Ramzan Kadyrov, es el líder autoritario de Chechenia que no esconde su homofobia.
Tras dos violentos conflictos separatistas en las últimas décadas, Chechenia está ahora bajo el mando de Ramzan Kadyrov, un líder autoritario que tiene su propia milicia privada y que es intensamente leal al presidente de Rusia, Vladimir Putin.

El portavoz de Kadyrov, Alvi Karimov, negó en un comunicado los reportes de las detenciones llamándolos "mentiras" y asegurando de los homosexuales "simplemente no existen en la república".

"Si tales personas existiesen en Chechenia, la ley no tendría que preocuparse por ellas ya que sus parientes lo habrían enviado a un lugar de donde nunca regresarían", leyó el comunicado.

La sociedad chechena es profundamente religiosa.
Temiendo lo peor de su familia, Adam logró abandonar el país pero aún así, no se siente seguro.

"Ellos puede seguir siendo perseguidos, aún por fuera de Chechenia", advirtió Svetlana Zakharova.

La misma periodista de Novaya Gazeta, que hizo el reportaje original tuvo que huir de Moscú y habló con la BBC desde un lugar oculto.

Elena Milashina dijo que, tras el reportaje, más de 15.000 religiosos y altos miembros de la sociedad chechena se congregaron en la mezquita más grande de Grozny para anunciar una yihad, o guerra santa, contra ella y los periodistas del diario.

"Anunciaron que las personas y el diario que reportaron sobre este asunto habían dañado el honor de la nación y que deberían ser ajusticiados", indicó Milashina.

¨No está confirmado"

A pesar de apelar a las autoridades centrales en Rusia, estas no han tomado acción alguna, dicen los defensores de los derechos de los homosexuales.

Un portavoz del presidente Putin declaró que no tenía información sobre las acusaciones hechas por el diario o los activistas pero aconsejó a aquellos con quejas que contactaran a las autoridades.

Los derechos de la comunidad LGBT también son objeto de polémica en Rusia.

Sin embargo, el gobierno de Putin ya es conocido por su hostilidad hacia la comunidad LGBT. Desde 2013, mantiene una ley "contra propaganda gay" que restringe severamente las expresiones públicas de esa comunidad.

El programa Victoria Derbyshire de la BBC se comunicó con Kheda Saratova, miembro del Consejo de Derechos Humanos de Chechenia, un ente oficial que asesora al gobierno.

Después de que salieron los primeros informes ella aseguró que había visitado personalmente uno de los supuestos campamentos pero que no encontró nada.

"Fuimos allá y conversamos con la gente alrededor. Intentamos encontrar más información sobre el sitio pero no logramos conseguir nada. Así que no está confirmado", declaró la funcionaria.

Sin embargo, reconoció haber quedado sorprendida cuando escuchó sobre los cientos de personas gay que estaban detenidas y que tres habían sido asesinadas.

Pero para abordar las denuncias indicó que "necesito recibir una solicitud con los hechos de parte de la persona aquejada".

Kheda Saratova, miembro del Consejo de Derechos Humanos de Chechenia, dijo que, antes de actuar, deber recibir una solicitud de la persona aquejada.

Dado el caso prometió ayudar a cualquier persona. "Cualquier ser humano que me aborde. No le voy a preguntar sobre su orientación, haré todo lo que pueda para ayudar a esa persona".

Gobiernos extranjeros y grupos defensores de los derechos humanos han expresado sus preocupaciones sobre los abusos reportados, exigiéndole a las autoridades en Rusia y Chechenia que les pongan un alto.

La Unión Europea, el Departamento de Estado de EE.UU., y las organizaciones Human Rights Watch y Amnistía Internacional están entre los que se han quejado.

Fuente: BBC

domingo, 14 de mayo de 2017

FACUA Madrid critica la denigrante publicidad machista en el folleto publicitario del Madrid Open

"Las mejores raquetas del mundo" para anunciar a los tenistas frente a "la belleza y elegancia" para las tenistas, reza el lamentable texto.

En el folleto de los palcos del Madrid Open los tenistas son las grandes raquetas, mientras que las tenistas son la belleza y la elegancia.



FACUA Madrid critica la denigrante publicidad machista del folleto publicitario utilizado para promocionar los palcos del torneo de tenis Madrid Open que tiene lugar en la capital hasta el 14 de mayo, que para anunciar a los tenistas hombres usa la expresión "las mejores raquetas del mundo", mientras que describe a las tenistas mujeres como "la belleza y la elegancia".

La asociación considera lamentable que se sigan utilizando este tipo de reclamos que cosifican a las mujeres y les resta su valía profesional en una competición como el Madrid Open, que de hecho reúne a los mejores tenistas del mundo, independientemente de su género. Sin embargo, es insultante que en el folleto se elija destacar, de grandes deportistas como son Angelique Kerber (número 2 en el ranking WTA) o Garbiñe Muguruza (número 4 en el ranking WTA) que "combinan durante estos días estilo y magia".

FACUA Madrid considera indignante que se hagan este tipo de referencias para describir a grandes profesionales mujeres en la publicidad de un evento deportivo como el Madrid Open, de repercusión nacional y que las autoridades no actúen con la suficiente contundencia para acabar con esta lacra.

La asociación recuerda que este folleto publicitario vulnera la Ley 34/1988, de 11 de noviembre, General de Publicidad, que en su artículo 3 señala como ilícita la "publicidad que atente contra la dignidad de la persona". La norma añade que "Se entenderán incluidos en la previsión anterior los anuncios que presenten a las mujeres de forma vejatoria o discriminatoria, bien utilizando particular y directamente su cuerpo o partes del mismo como mero objeto desvinculado del producto que se pretende promocionar, bien su imagen asociada a comportamientos estereotipados". Pese a esto, ni las autoridades de Consumo ni el Instituto de la Mujer actúan de oficio, a pesar de que tienen competencias para imponer sanciones.

Fuente: FACUA

martes, 9 de mayo de 2017

Macron, su señora y el doble rasero en el periodismo 'serio'


Hay muchas preguntas que no se plantean cuando es el hombre el que tiene 20 años más que la mujer

Cuando escribo este artículo Emmanuel Macron aún no es presidente de Francia, pero doy por hecho que cuando el artículo se publique ya lo será

Quizá sepán usted que soy trilingüe inglés francés español y que de hecho mi última novela se escribió en francés. Pues he estado mirando todos los artículos que hay escritos sobre Brigitte, su esposa, en medios franceses He buscado en Le Figaro, 'Libération', 'Le Monde', 'Le Parisien', 'La Tribune'… En medios serios. Que si viste de Luis Vuitton, que si era su profesora, que si asiste a todas sus reuniones, que si tiene siete nietos, que si su familia es millonaria, que si tenían una fábrica de chocolate, que si se ha hecho la cirugía estética… y siempre en cada artículo, en ABSOLUTAMENTE TODOS se menciona el hecho de que Brigitte es 24 años mayor que su marido.

Después me he ido a buscar todo lo que hay publicado en inglés sobre Melania Trump. Hay muchísimo porque últimamente circulan muchos rumores de crisis en el matrimonio Trump. Bien, he mirado en The Wall Street Journal, en 'The New York Times', 'Usa Today', 'New York Post', 'Washington Post', AOL, CNN.... De nuevo, medios serios. Que si habla cinco idiomas, que si el escote que llevó a tal evento era inapropiado, que si dio un 'like' a una cuenta de twitter de un periodista, que si posó desnuda, que si no se habla con el hermanastro, que si se lleva mal con la hijastra, que si la cirugía estética (sí, esta también se ha hecho cirugía estética, pero muchísima más, ves las fotos del antes y después y parecen dos Melanias ) que si antes era morena, que si ha demandado al 'Daily Mail' por decir que fue 'escort', que si…. Y en ABSOLUTAMENTE NINGUNO se menciona que ella es 24 años menor que su marido.

De ahí salto a una gilipollez de artículo publicado en un diario de la competencia que se titula "Así es ligar con un hombre más joven y así suele acabar la relación" plagado de tópicos. Que si las mujeres buscan a los hombres jóvenes porque son mejores en la cama. Como si la cama solo fuera penetración. Que se lo pregunten a las lesbianas. Que si se cansan de ellos porque no tienen tema de conversación. Como si un hombre de 25 años fuera idiota. Macron, sin ir más lejos, ya era doctor en Filosofía y Ciencias Políticas a los 22. Que si la relación nace con la fecha de caducidad puesta. Pues Emmanuel y Brigitte llevan 20 años juntos y diez casados. Pero, como prueba el caso del matrimonio Trump, ninguna de estas preguntas se plantea ni a nadie le sorprende cuando el que es veintitantos años más es él.

¿EL MISMO TRATO?

En fin, a mí después de esto que no me digan que las mujeres recibimos el mismo trato en medios porque me entra mucha risa. Y por lo demás reconozco a la pareja Macron-Trogneux una enorme inteligencia al haber sabido rentabilizar lo que en principio era una desventaja (su diferencia de edad) para venderlo a los medios como la gran historia de amor que pudo contra la incomprensión del mundo.

Lo triste es que lo suyo se vea raro y la pareja haya tenido que capitalizar su historia y hacer de ella un ítem comunicable, y en el caso Trump la misma historia, pero a la inversa, sea simplemente lo normal: millonario se compra mujer florero.

domingo, 7 de mayo de 2017

El olvidado origen del Día de la Madre: La proclama pacifista contra las guerras quedó muy lejos de la celebración comercial

Aunque muchos crean que el Día de la Madre es una jornada simplemente comercial, cuyo origen es simplemente atribuible al afán de estimular las ventas, lo cierto es que fue una proclama antibelicista y una convocatoria a un congreso mundial de madres, lo que dio inicio a la fecha en cuestión.



Corría 1870, cuando la escritora estadounidense Julia Ward Howe, una pionera del activismo, el abolicionismo de la esclavitud y los derechos de las mujeres, convocó a todas las madres del mundo a rebelarse contra la guerra, en una desgarradora proclama pacifista que mantiene plena vigencia.

En la proclama se convocaba a un Congreso Internacional de Madres buscando promover alianzas entre diferentes naciones y el arreglo sin belicismos de cuestiones internacionales. Las buenas intenciones de la primera mujer electa para la Academia Estadounidense de Artes y Letras, en 1908, apenas lograrían que el Congreso de su país, votara en 1914, a instancias del presidente Woodrow Wilson, la celebración anual del Día de la Madre.
La idea se concretó pero jamás tuvo efectos reales

Su idea de un congreso de madres, no logró verla concretada en tanto escribía por aquellos días que las mujeres “están más interesadas en la promoción del sufragio femenino que en idear una protesta mundial de mujeres contra las crueldades de la guerra”.

Sus ideas no obstante fueron tomadas por Anna Jarvis, un ama de casa que organizó a las mujeres durante la Guerra Civil para trabajar en mejorar las condiciones sanitarias de los hijos heridos en combate y en 1868 comenzó a trabajar para conciliar los vecinos de la Unión y la Confederación. Su hija también Anna Jarvis, cuando su madre murió, promovió la idea del día de las madres. En 1873, mujeres en 18 ciudades estadunidenses realizaron una reunión del Día de las Madres, y en Virginia Occidental en 1907 se celebró el primer congreso, que no tuvo mayores efectos reales.

La proclama original de Julia Ward, es aún material de estudio en EE.UU.

“¡Levántense, mujeres de hoy! ¡Levántense todas las que tienen corazones, sin importar que su bautismo haya sido de agua o lágrimas! Digan con firmeza: ‘No permitiremos que los asuntos sean decididos por agencias irrelevantes. Nuestros maridos no regresarán a nosotras en busca de caricias y aplausos, apestando a matanzas. No se llevarán a nuestros hijos para que desaprendan todo lo que hemos podido enseñarles acerca de la caridad, la compasión y la paciencia’. Nosotras, mujeres de un país, tendremos demasiada compasión hacia aquellas de otro país, como para permitir que nuestros hijos sean entrenados para herir a los suyos. Desde el seno de una tierra devastada, una voz se alza con la nuestra y dice ‘¡Desarma! ¡Desarma!’ La espada del asesinato no es la balanza de la justicia. La sangre no limpia el deshonor, ni la violencia es señal de posesión. En nombre de la maternidad y la humanidad, les pido solemnemente que sea designado un congreso general de mujeres, sin importar nacionalidad, y que se lleve a cabo en algún lugar que resulte conveniente, a la brevedad posible, para promover la alianza de diferentes nacionalidades, el arreglo amistoso de cuestiones internacionales”.

Ni fui madre, ni esposa, ni viuda, ni religiosa. Centenario de Gloria Fuertes


Solitaria, religiosa, lesbiana, enamoradiza, soltera, feminista, pacifista, castiza, poeta (no ‘poetisa’, que no le gustaba esa palabra), surrealista, pacifista, siempre del lado de los desfavorecidos, poeta social por excelencia, una mujer adelantada a su época. Todo eso era Gloria Fuertes. Fue mucho más que “Un globo, dos globos, tres globos”.

Cuando sus amigos la visitaban en su piso, cerca de la Castellana, en Madrid, a menudo le llevaban una botella de whisky (que le encantaba) o un jugoso lenguado, para que ella no gastara. Estos mismos amigos se quedaron atónitos cuando Gloria Fuertes murió, en 1998, y supieron que tenía cien millones de pesetas en el banco, un dineral que legó en su testamento a La Ciudad de los Muchachos. Devolvía así a los niños la fortuna que consiguió gracias a ellos.

En España, Gloria Fuertes era la declamadora de poemas para niños y una superestrella de la tele y la radio.

En el extranjero, Gloria Fuertes es una poeta fundamental de la posguerra española. En Estados Unidos hay hasta 12 estudiosos especializados en ella y docenas de tesis doctorales. También la aprecian en Noruega: su foto ha adornado la cola de aviones de la flota de Norwegian Airlines. Hay sesudos estudios sobre su poesía social, su etapa de militancia en el movimiento literario del postismo o sobre su especial estilo que mezcla lo real y lo ficticio, en su lenguaje coloquial y desenfadado, tan rompedor.

Su obra es mucho más que La gata chundarata y La oca loca. Fue una figura de la literatura de primer orden. «Ella y Gabriela Mistral son las únicas mujeres incluidas en la antología Norton que agrupa a cien poetas en lengua castellana», cuenta Paloma Porpetta, presidenta de la Fundación Gloria Fuertes y heredera, con su hermana Marta, de los derechos de autor de la escritora.

También Jaime Gil de Biedma seleccionó sus versos en importantes colecciones en las que compartió protagonismo con Gabriel Celaya (amigo suyo), José Agustín Goytisolo o José Hierro. Francisco Nieva (otro gran amigo) alabó su «invención de imágenes, de giros y sonoridades llenos de calidad y de sorpresa».



«Yo soy una madrileña del montón, del “montón” de Manila». Gloria Fuertes (1917-1998) y Madrid están ligados a una misma historia. La de la ciudad en la que creció y forjó para siempre su eterno cargo de «poeta de guardia». La misma que, en el centenario de su nacimiento, espera dedicarle una plaza en su Lavapiés natal, entre otros homenajes que se están desarrollando. Ayer, 14 de marzo, se inauguró la Exposición del Centenario en el Centro Cultural Fernán Gómez.


«Gloria era tan profunda como sencilla», explican Carlos Figueroa y Aurelio Merino, especialistas y enamorados de la poeta, esperanzados con que la efemérides del nacimiento ayude a conocerla mejor. Su vida, sin embargo, fue más compleja que su obra. Nació y vivió en una buhardilla por Tirso de Molina. Hija de una costurera y un conserje, aprendió en varios colegios, entre ellos uno religioso. «Me llevaron a un colegio muy triste; donde una monja larga me tiraba pellizcos, porque en las letanías me quedaba dormida», contó en sus versos.


POETA INDEPENDIENTE

Ni fui madre, ni esposa,

ni viuda, ni religiosa;

y sin embargo soy

madre, de todos los niños del mundo,

esposa, porque esposé con todos mis amores,

viuda, porque enviudé de penas y alegrías,

religiosa, porque fundé mil Casas con mis versos.

No fui nada y soy algo.

Soldado, porque luché y lucho por la paz,

obrera, porque laboro en mi mesa de papeles,

maestra, porque enseño a los niños a reírse,

modista, porque coso los rotos a la gente,

modesta, mi lujo es el silencio en zapatillas.

Trabajo por mi cuenta

poeta independiente,

para llevar a todos

trozos de paloluz.

Historia de Gloria

lunes, 1 de mayo de 2017

Solas porque sí

Las mujeres que no se casan han sido estigmatizadas a lo largo de la historia como raras, feas o fracasadas. Hoy su número va en imparable aumento y la percepción social ha cambiado. Pero algunos prejuicios perviven. Muchas sienten que deben aún reivindicar ese espacio de libertad para elegir su destino.


ILUSTRACIÓN DE IDALIA CANDELAS


Aquel era un final poco ortodoxo para un cuento cuya portada mostraba a una pareja de tortugas bajo un cielo de corazones rosas: con un gracioso bañador a rayas, Clementina corría ligera dejando atrás la enorme pila de regalos y trastos que su pareja le había ido atando encima del caparazón. Cuando se conocieron, ella soñaba con visitar otras charcas y experimentar el mundo, pero su enamorado no lo veía tan claro. Finalmente, ella logra corretear libre y sola. Arturo y Clementina, de la editora y escritora italiana Adela Turin, fue uno de los primeros títulos de la colección A favor de las niñas que publicó en España en 1976 Esther Tusquets en Lumen. Era uno de mis libros favoritos de pequeña, y tanto aquella tortuga contenta como las mujeres que poblaron mi infancia y que —a diferencia de mi madre— no estaban casadas aportaron un aura de normalidad a un estado civil que entonces era poco frecuente, aunque yo no acabara de percibirlo.

Más tarde lo comprendí. Porque lo cierto es que las solteras históricamente han llevado a cuestas un estigma tan pesado como los regalos que la tortuga Arturo le ponía encima a su pareja. Raras, neuróticas, feas o amargadas, una mujer no casada producía en el mejor de los casos lástima. La rodeaba un aura de fracaso. “A nivel colectivo, las mujeres que no se casaban, ya fuera por elección o accidente, estaban destinadas a llevar una letra escarlata o a pasar su vida bailando con trajes de boda sin estrenar o tomando sedantes”, escribe, al referirse al retrato literario que tradicionalmente se ha hecho de las solteronas, Rebecca Traister en el libro All the Single Ladies. “Estos personajes no se habían casado, pero la ausencia de un marido las constreñía y definía tanto como un matrimonio”. Ahí están desde Miss Havisham de Dickens hasta Doña Rosita de Lorca.

El riguroso estudio de Traister sobre la historia de las estadounidenses no casadas y su imparable aumento en el censo toma prestado el título de la canción que Beyoncé dedicó a todas las mujeres solteras –en cuya letra no falta una mención a ese anillo que no llegó–. All the Single Ladies triunfó en las librerías el año pasado y puso sobre la mesa unas cifras insoslayables: el número de mujeres solas superó por primera vez en EE UU al de casadas en 2009 y un 46% de las menores de 34 años nunca han contraído matrimonio.

 ILUSTRACIÓN DE IDALIA CANDELAS
Este cambio ha tenido también su evolución televisiva en aquel país. En los setenta, mientras la periodista Gloria Steinem, sexy, exitosa y viajada, defendía la opción de una vida en solitario –“no me apareo en cautividad”, declaraba–, a las pantallas llegó el show de Mary Tyler, el primero protagonizado por una atractiva soltera. Luego le tocó a ­Murphy Brown. Y cuando saltaron a escena las cuatro amigas de Sexo en Nueva York (herederas de alguna manera de la Holly Golightly de Capote en Desayuno con diamantes), la soltería se volvió más glamurosa, promiscua y deslenguada que nunca, al menos en Manhattan. Carrie y sus amigas –como Hannah Horvath y las suyas más adelante en Girls– mostraron lo complicado e importante de las relaciones femeninas. Y a medida que distintas solteras han llenado las pantallas, los matices han aflorado hasta llegar por ejemplo a Fleabag, la serie escrita y protagonizada por la británica Phoebe Waller-­Bridge, que describe con toda crudeza la vida de una mordaz joven londinense. “Tengo la horrible sensación de que soy avariciosa, pervertida, egoísta, apática, cínica, depravada, un fraude moral como mujer que ni siquiera puede llamarse a sí misma feminista”, le espeta a su padre en un episodio, deletreando en buena medida el prejuicio de inmadurez que acarrea la soltería, esa eterna adolescencia, ese no hacerse mayor.

Hoy hay más mujeres solteras, pero ¿hay espacio para sentirse mejor? “Las personas ahora deciden ir por caminos no tradicionales, pero no todo el mundo lo entiende y hay prejuicios”, explica al teléfono la ilustradora mexicana Idalia Candelas. En su primer libro, A solas (Planeta), quiso mostrar a mujeres “contentas con su situación, felices”, y planteó una serie de viñetas que se volvieron virales. “Las cosas han cambiado y van a seguir haciéndolo, porque la mujer puede ser libre, tener casa propia, pareja y dedicar su tiempo a quien ella quiera. La idea es que, si encontramos a alguien, será un complemento maravilloso, pero no la razón de todo lo demás”. La soltería no tiene por qué ser militancia, puede ser transitoria o definitiva, pero se rebela ante agresivos estereotipos.

El estigma que ha envuelto a las solteronas empieza a ceder también en la calle, aunque solo sea por el mero hecho de que se diluye entre tantos rostros. Ya no es una excepción. El número de mujeres mayores de 16 años que no están casadas en España, según los datos del INE de 2016, es de 5.819.600, casi dos millones más que en 1986. Entre los 25 y los 44 años la cifra de solteras se ha duplicado en las últimas dos décadas: en 1996 eran 1.411.000 y en 2016 suman 2.859.600. Estas cifras incluyen a mujeres que viven con sus parejas sin pasar por el juzgado, pero excluye tanto a las 2.452.000 viudas como a las mujeres separadas o divorciadas –1.394.500 en 2016–. Además, se ha retrasado la edad media del matrimonio: las españolas están solteras más tiempo antes de casarse. También hay separaciones y otras circunstancias que provocan que muchas vuelvan a vivir solas. La percepción social de las no casadas ha ido variando y se ha conquistado un nuevo espacio de libertad. Pero queda camino.

Simone de Beauvoir dijo que por definición las mujeres “estamos casadas, o lo hemos estado, o planeamos estarlo, o sufrimos por no estarlo”. Quizá hoy la institución matrimonial no es tan importante, pero el romanticismo mantiene su tirón. ¿Sola? ¿Por elección? El mundo está hecho en buena medida para parejas, por mucho que en los bolsillos de algunas solteras las marcas han encontrado un filón. “Muy en el fondo, siempre supe que, si no lograba salir adelante como escritora, si fracasaba al abrirme camino, podía encontrar un sentido y un reconocimiento social casándome y teniendo hijos”, escribe Kate Bolick en Solterona(Malpaso), unas memorias literarias sobre su opción de no casarse. “Yo tenía una vía de escape, los hombres no”.

España arrastró 40 años de dictadura nacionalcatólica. La mujer ocupó un papel central en la construcción del régimen tras la guerra. Su función era eminentemente la de madre de familia, y cualquier atisbo de libertad feminista sonaba a infame pasado republicano. “Dentro de esta retórica del éxito y el fracaso, la solterona que no había puesto nada de su parte para dejar de serlo era considerada con el mismo desdén farisaico que el Gobierno aplicaba a los vencidos, y su caricatura era a veces tan poco piadosa como elemental”, escribió Carmen Martín Gaite en Usos amorosos de la postguerra española. “La misma denominación de solterona llevaba implícito tal matiz de insulto que se adjudicaba a espaldas de la aludida”. Que un grupo de chicas alquilara un piso en Madrid a finales de los sesenta o que una mujer que vivía sola llamara a un operario para arreglar una avería doméstica provocaba situaciones tensas y humillantes. Hoy no.

Aunque la estigmatización de las solteras en nuestro país ha tenido su propio sabor, la sombra que ha rodeado a las mujeres que no se casaban cuenta con una historia extensa y global. El matrimonio ha sido durante siglos normativo. Era el rito de paso a la edad adulta, el principal medio para subsistir, la forma que las mujeres tenían de adquirir, quizá, alguna seguridad económica. Los cuentos, las obras, las novelas, acababan en boda. Y a pesar de que, como apuntan Judith Bennett y Amy Froide en Singlewomen in the European Past (1250-1800), hubo algunos picos en el número de solteras –como la Inglaterra de mediados del siglo XIV, cuando representaban casi un tercio de las mujeres, o la Florencia de principios del siglo XV, donde eran un quinto del total–, aquellas que no se casaban a menudo sufrían penurias o se metían a monjas. La incorporación de la mujer a la fuerza laboral ha cambiado las cosas, y no menos importante fueron la revolución sexual y la llegada de los anticonceptivos. La fecundación in vitro ha añadido una nueva e importante variable.

Recoge Carmen Martín Gaite en su libro la historia de una joven de la posguerra con un novio imposible al que aguantó y esperó hasta que él le propuso matrimonio. El día de la boda, vestida de blanco en el altar, al ser preguntada si tomaba a su novio como esposo, dijo: “No, y si he llegado hasta aquí es para que sepan todos ustedes que si me quedo soltera es porque me da la gana”. Sí, se puede estar soltera porque sí. Lo aprendí de pequeña.